La publicidad y el sexismo siguen de la mano.

La agencia de publicidad Sra.Rushmore ha realizado un estudio sobre cómo se representa a las mujeres en el mundo de la publicidad y la conclusión es que, esta vez, la ficción sí que supera la realidad.

Para llevar a cabo la investigación se han elegido los 262 spots más influyentes del último año (solo estos anuncios representan el 14% de la inversión publicitaria en nuestro país).

Una vez seleccionados, se han analizado siguiendo unos criterios fijos con los que se ha querido medir: el nivel de representación de los distintos personajes y la relación que tienen entre ellos, como era el lugar donde se situaba la acción, y la imagen y sector del producto que se anunciaba.

Los resultados son claros: la publicidad sigue potenciando los roles de género.

En el mercado español la mujer sigue quedando relegada a la moda, la cosmética y la higiene. La representatividad en espacios como la medicina está muy alejada de las cifras que el INE ha recogido en su censo colegial. En la vida real existe una paridad casi total entre ambos géneros, y sin embargo, en la vida publicitaria los porcentajes son de un 67% frente a un 33%.

Otro de los campos que más potencia estas diferencias es el mundo de los deportes con unos porcentajes de 70-30 a favor del hombre.

A pesar de esto, el estudio revela que las tendencias en los últimos años en sectores como el automovilismo y la limpieza están cambiando. Creativos y agencias han conseguido realizar spots en los que la representatividad casi se ha igualado, alcanzando porcentajes del 40-60.

Otra de las cuestiones que revela el este estudio es la omisión de roles que no sean heteronormativos. En la publicidad actual no existen parejas homosexuales o personas transgénero.

Esta diferencia de género, que también es visible en las grandes riquezas españolas dónde sólo 27 mujeres aparecen entre las 100 personas más ricas, desemboca en una lucha feminista que cada día tiene un papel más importante en la sociedad. Por ello la publicidad también debe cambiar. Representar a la población tal y como debería ser es un esfuerzo extra que el mundo publicitario tiene que hacer. Si en los anuncios se sigue dando voz a los hombres omitiendo la de las mujeres o se sigue invisibilizando al colectivo LGTBI de poco sirve la lucha fuera de la pantalla de TV.

Vivimos en un mundo de imágenes, y si en éstas no hay cabida para todos y todas nunca conseguiremos una igualdad real.

Fuente: http://forbes.es/business

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